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Hasta tres semanas de ausentismo escolar llevan las y los estudiantes de la Escuela Bernando Moreno Fredes Polonia de San Fernando debido a la plaga de ratones que se ha tomado cada uno de los espacios del establecimiento. Padres que desesperados decidieron tomarse pacíficamente sus dependencias para lograr así que la Seremi de Salud tomara cartas en el asunto. Lo insólito es que el SLEP Colchagua, a cargo del establecimiento, no se apareció en el lugar ignorando incluso las alertas de protestas de Carabineros de Chile.

«Nos tomamos pacíficamente el Colegio a las 7:20 am y no se le permitimos la entrada ni a los profesores ni al director del establecimiento, éste último llamo al SLEP para informarle la situación y también lo hizo Carabineros pero el SLEP no contesto a ningún llamado y recién llegaron a las una de la tarde cuando la Seremi de Salud ya había clausurado el colegio. Esto es indignante ya que a ellos no les importa que nuestros hijos estuvieran teniendo clases y comiendo con fecas de ratones tiradas por el piso», afirmó Jocelyn Zagal, presidenta del Centro de Padres y Apoderados del establecimiento.

Condiciones deplorables que fueron también tema en el concejo municipal y no tan sólo por la plaga de ratones sino que también por el abandono en general que existe en la educación por parte del SLEP: «Cuando iban a clausurar el establecimiento los profesores iban a la rastra con su propia impresora, con su computador, es más la tía de kinder iba con su maquinita para plastificar porque no tienen ni siquiera los insumos básicos para dar la educación de calidad que nos prometieron. Entonces por muy que los alumnos pertenezcan al SLEP, los padres y las madres continúan siendo sanfernandinos y por ello, debemos hacer una visita a los colegios y hacer un llamado entre todos al SLEP porque como usted lo dijo Alcalde, la educación que se prometió no es tal», señaló públicamente el concejal Roberto Arias Solis.

Por lo pronto el SLEP se comprometió a hacer las mantenciones correspondientes para así terminar con la plaga de ratones pero los apoderados se mantienen en alerta, haciendo un llamado a las autoridades comunales para que sean promotores ante la administración de una buena y digna gestión de la educación pública.

La educación pública se está cayendo a pedazos y mientras el Magisterio denuncia cada una de las vulneraciones de los derechos a los estudiantes y profesores que se producen en Chile, las autoridades, como si fuera deporte, se «tiran la pelota» los unos a los otros sin asumir responsabilidades. Eso es lo que ocurrió en Viña del Mar cuando la alcaldesa Macarena Ripamonti le endosó a la administración anterior y al Estado la deuda previsional que se mantiene con las y los funcionarios de 53 establecimientos educacionales de su comuna.

«Estoy plenamente consciente de las deudas que heredé y desde ese punto de vista no quiero arrastrarla sobre sus hombros, pero quiero decirle que para eso debemos trabajar de manera unida», indicó entre pifias Ripamonti, quien reconoció que esperan que la «deuda la asuma el Estado de Chile».

Y mientras en la Ciudad Jardín los docentes se mantienen en paro, en el puerto de Valparaíso el directorio comunal del Magisterio hacía una grave acusación: «Lamentablemente, hoy existen escuelas que viven en el olvido que no están considerado desde la institucionalidad para alcanzar un espacio digno. Al contrario, las condiciones son tan deplorables, que a partir de las actorías como profesoras y profesores, centro de apoderados y organizaciones de beneficencia las urgencias se van paliando».

Realidades que se cruzan en una región que está en crisis y espera una pronta respuesta y solución de las autoridades correspondientes. Hasta ahora el Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, no se ha pronunciado sobre el tema y en ese contexto, el Magisterio emplaza a la autoridad como lo hizo también en casos similares como el de Ancud a que tome cartas en el asunto haciendo la clara observación de que los actuales modelos de administración de educación tanto municipal como a través de los Servicios Locales de Educación Pública no son suficientes para sustentar una educación digna e igualitaria en Chile.