Con el conocimiento directo que le entrega ser profesor de aula, Carlos Ojeda, docente de Artes Visuales del Liceo Municipal A-1 de Arica, aborda el clima social en su ciudad respecto al litigio que enfrenta en la Corte Internacional de La Haya a Chile y Bolivia. El docente comenta cómo se vive la situación en las aulas escolares y cómo puede abordarse desde la docencia.
¿Cómo se vive en Arica y en tu escuela la disputa que tienen Chile y Bolivia en La Haya?
Es una coyuntura que genera un gran debate y una oportunidad para discutir muchos temas, porque Arica, siendo una ciudad fronteriza con Perú y con Bolivia. Los ariqueños nos hemos acostumbrado a vivir en esa condición fronteriza: la migración para nosotros no es nueva, hemos convivido permanentemente con un gran porcentaje de migrantes. Te encuentras con muchos ariqueños que sus tíos quedaron en Tacna cuando se hizo la división territorial y te encuentras con mucha gente que viene de las zonas rurales, de Putre, de Parinacota, que tiene mucha ascendencia boliviana. Y hoy día en los colegios, especialmente en los valles, tenemos mucha población boliviana. Y por otro lado, producto del lucro en la educación, tenemos muchos estudiantes chilenos que van a estudiar a Bolivia y Perú. Entonces, desde el punto del vista del ámbito educacional, este conflicto genera mucha controversia, porque la disputa si bien es cierto tiene que ver con tratados históricos y con chovinismo y con patriotismo que aflora, repercute de alguna manera en estos ámbitos estudiantiles, donde francamente hay un plano de cooperación, de integración, de reconocimiento de que somos todos iguales. Y eso se da mucho en el aula donde se está compartiendo con estudiantes peruanos, chilenos, bolivianos.
¿Y en este contexto de integración que describes, hay algún rol específico que cumplen los profesores de aula en Arica?
Sí, sobre todo aquellos colegas que están en escuelas rurales, en escuelas básicas, que es donde más tienen esta convivencia. Y lo mismo también en nuestros liceos. Nosotros en nuestro liceo tenemos muchos estudiantes migrantes, por lo tanto se ha entrado en un proceso de tener mucho ojo, mucho cuidado, en el modo en que tú te planteas en estos términos nacionalistas, en estos términos que uno escucha en la prensa de los medios masivos que apuntan a exacerbar el nacionalismo, el chovinismo, el patriotismo mal entendido. Yo, personalmente, con los estudiantes he estado desarrollando el entender estos conceptos, entenderlos en el plano latinoamericano, entender que estas cuestiones son, de alguna manera, parte de la formación que se nos ha entregado en cierto momento, pero que hoy día, en un mundo integrado, en un mundo globalizado, hay que revisarlos y hay que tener cuidado en como se generan conductas a partir de aquello. Porque cuando tu empiezas a tener vida cotidiana y convivencia común con otros países, con otros valores, con otra formación, allí es donde tenemos que hacer esta mixtura para generar una educación no violenta, una educación integradora de verdad y una educación más bien pensada para estos pueblos latinoamericanos, que tienen que buscar la cooperación, el desarrollo mutuo.
¿Y como abordas el nacionalismo, que a veces se opone a la integración con otro países?
Les hago notar a los estudiantes que aquellos que hablan mucho de patriotismo, de nacionalismo, resulta que son los responsables de que hoy en día no seamos dueños de nada. Nosotros decimos que está bien mar para Bolivia, pero primero mar para Chile: no somos dueños de nuestro mar, está entregado a las transnacionales. De los senadores que aprobaron una Ley de Pesca, el señor Orpis fue destituido, precisamente, por haber hecho un trato con las grandes industrias pesqueras en desmedro de los pescadores artesanales. Entonces, aparecen estos personajes hablando con un nacionalismo exacerbado, pero ellos no han sido para nada cuidadosos con nuestra nación ni patriotas, porque lo han vendido todo.
Tú eres profesor de arte, que se configura como una asignatura que puede escapar un poco a las lógicas de estandarización, ¿cómo te parece a ti que esta asignatura puede colaborar en estos procesos de educación integral y educación para la integración?
Fortaleciéndola, porque cuando te metes a estudiar, especialmente en nuestra zona, la cantidad de aportes en el ámbito artístico, los geoglifos que tenemos y que son de la cultura aymara, cuando encontramos las pictografías, cuando estudiamos todo el desarrollo de los pueblos originarios de la zona, tú te encuentras con los pueblos peruano, boliviano, te encuentras con nuestros vecinos, y son culturas de las cuales hoy día todos nosotros tenemos algo de ellos. Entonces, cuando tú empiezas a comprender el arte que desarrollaron estos pueblos, cuando llevamos a los estudiantes a visitar nuestros pueblos del interior y nos encontramos con un tipo de arquitectura, con un tipo de desarrollo agrícola en base a terrazas, cuando tu hablas con personas que hablan quechua, que hablan aymara, te estás encontrando con una cultura hermana muy propia de toda esa zona: norte de Chile, sur del Perú, buena parte de Bolivia. Por lo tanto, las clases de arte nos permiten hacer esta conexión con la historia precolombina y ancestral que tenemos que recuperar, con sus valores y su cosmovisión distinta a la herencia que nos trajeron los europeos.
Tú también eres dirigente del Colegio de Profesores y Concejal de Arica ¿qué rol te parece que deberían cumplir las organizaciones sociales, comunitarias, vecinales, en la educación integral y la integración?
Nosotros tenemos que apuntar, siempre, a generar puentes, especialmente en la zona de Arica. Es una ciudad en la que en una hora estamos en otro país, en una hora estamos inmediatamente conviviendo con otros y hay un gran intercambio cultura, comercial, estamos todos los días conviviendo con entre todos, incluso con los bolivianos. Yo, como concejal y como dirigente del Colegio de Profesores, creo que tenemos que fortalecer mucho más los vínculos, no obstante estos conflictos y tenemos que empezar a tener una mirada latinoamericana. En Europa se vivieron dos guerras mundiales, se cometieron las atrocidades más grandes y, sin embargo, estos pueblos lograron en un momento dado dar un salto cualitativo, superar las barreras fronterizas, entrar en un intercambio comercial y llegar incluso a una moneda única.
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