GABRIELA MISTRAL
Nuestra más ilustre desconocida
Departamento de Educación y Perfeccionamiento del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile
Hoy conmemoramos el aniversario 133 del nacimiento de esta mujer extraordinaria, admirada en todo el mundo, miles de veces citada y aún así, prácticamente desconocida para la mayoría de las y los chilenos. Más allá de su reconocida obra poética, desconocida en su compromiso con la educación, con lo social, con la vida digna. Un 7 de abril de 1889 nace en Vicuña – Región de Coquimbo – Lucila Godoy Alcayaga. Llegado el momento de elegir un seudónimo honrará a dos de sus poetas más admirados; Gabriele D’Annunzio y Frédéric Mistral.
¿Cuál es la imagen que surge en nuestra mente cuando se menciona su nombre o vemos sus fotografías? “¡Nuestra Premio Nobel de literatura!”, “Primera mujer latinoamericana en obtener este reconocimiento” (La única hasta la fecha). ¿Sabemos algo más?, ¿Hemos leído su obra?, ¿Conocemos sus textos en prosa?, ¿Reconocemos sus grandes aportes referidos a la pedagogía y la educación?, ¿Recuerda usted el año en que fue galardonada con el Nobel? (1945)
Lo natural para iniciar el conocimiento de Gabriela Mistral es centrarse en su extraordinaria creación poética. Sin embargo, a partir de la lectura de esta bella y profunda obra, podemos avanzar en el descubrimiento de sus textos, que contienen un gran ideario político social, avanzado para su época, también nos podemos dar cuenta que amaba ser maestra. Enorme sabiduría encontramos en sus escritos y reflexiones acerca de la educación, pedagogía y el rol de las y los educadores.
Si avanzamos más allá de la cita, que habitualmente se menciona o lee en el día del profesor, encontraremos el legado profundo de Gabriela Mistral, que nos invita a la reflexión sobre nuestro quehacer individual y colectivo. Esta gran Maestra se adelantó muchos años a las consignas acerca de la dignidad e importancia del trabajo docente. Nutrió sus versos desde la realidad de su trabajo en aulas de distintas partes de Chile, donde ejerció el magisterio con dedicación y pasión, propio de su exquisita sensibilidad de poeta, sumado a la energía que nace de su convicción de estar realizando la tarea más necesaria para el crecimiento humano y el desarrollo de un pueblo: la educación.
La profesora Leonora Reyes señala: “Con osadía y sin dogmas, Mistral alimentó una redefinición de educación pública en que primara la diversidad cultural, de ideas y pensamientos, con el protagonismo de los sujetos que la constituyen, superando las profundas desigualdades sociales que arrecian nuestra educación y sociedad”. [1]
Para invitarlos a la lectura de sus textos pedagógicos elegimos extractos de sus recomendaciones “Para las que enseñamos”[2]. En este escrito nuestra poderosa Maestra plantea 42 consejos a sus colegas. Como en toda su prosa ella es tajante, directa e irreductible. Aquí una selección de dichos consejos:
- Todo para la escuela; muy poco para nosotras mismas.
- Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra.
- Vivir las teorías hermosas. Vivir la bondad, la actividad y la honradez profesional.
- Amenizar la enseñanza con la hermosa palabra, con la anécdota oportuna, y la relación de cada conocimiento con la vida.
- Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿dónde podrán exigirse estas cosas?
- La maestra que no lee tiene que ser mala maestra: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.
- Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.
- Todo puede decirse; pero hay que dar con la forma. La más acre reprimenda puede hacerse sin deprimir ni envenenar un alma.
- La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios; pero es también la más terrible en el sentido de tremenda responsabilidad.
- Nada es más difícil que medir en una clase hasta dónde llegan la amenidad y la alegría y dónde comienza la charlatanería y el desorden.
- En el progreso o el desprestigio de un colegio todos tenemos parte.
- Los dedos del modelador deben ser a la vez firmes, suaves y amorosos.
- Toda lección es susceptible de belleza
[1] Leonora Reyes es académica del Departamento de Estudios Pedagógicos de la U. de Chile.
Cita en: https://www.uchile.cl/noticias/120224/gabriela-mistral-y-la-educacion-una-historia-en-las-sombras
[2] Citada por Roque Esteban Scarpa, en “Magisterio y Niño”. 1979. Ed. Andrés Bello. Santiago.
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