La presencia femenina en pedagogía es notoria con pulsos propios en varios sentidos en la historia de Chile. Indudablemente las maestras han marcado huella como una referencia formativa y cultural y, a la vez, como una voz mayoritaria en los docentes de nuestro país, una tendencia que creció en la segunda mitad del siglo XX y que se mantiene en la actualidad.
Un espacio ganado por las mujeres que fue paulatino, porque hasta fines del siglo XIX sólo podían asistir a las escuelas primarias y a la Escuela Normal de Preceptoras creada en 1854. Una realidad que cambiará lentamente a fines de ese siglo con la incorporación a los primeros liceos femeninos, que a la vez se transformaron en el espacio predilecto para el desarrollo de las docentes en las aulas.
En ese contexto, existen nombres señeros como Dorila González, Rosa Amelia Muñoz, Gertrudis Vargas, Mercedes Mardones, Corina Urbina, Amalia Villalón y Juana Jaque que son las primeras egresadas del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
A partir del siglo XX la mujer se incorporará con mayor influencia en la pedagogía y pasarán desde las salas de clases a la investigación y creación de diversos proyectos académicos en Chile y en el extranjero.
Destacan en este cambio histórico, la profesora, escritora y feminista Amanda Labarca, la primera mujer que logró la titularidad de una cátedra de Filosofía en la Universidad de Chile en 1922 y por cierto, es una de las voces más destacadas en investigación docente en la primera mitad del siglo XX. A su vez, la maestra Isaura Dinator de Guzmán, se convierte en la primera mujer que forma parte del Consejo de Instrucción Pública en 1925 y de la Facultad de la Filosofía, Humanidades y Bellas Artes. Figura también en esta lista la profesora Irma Salas, destacada docente en metodología egresada del Instituto Pedagógico y doctora en Educación de la Universidad de Columbia.
En el plano cultural, sin duda, el aporte de la Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, constituye un ejemplo de la presencia femenina en las aulas y más allá de ellas. La poetisa no recibió estudios formales de pedagogía, pero sus conocimientos y experiencia fueron suficientes para convalidar su título como profesora de Estado ante la Escuela Normal Nº 1 de Santiago en 1910. Su vida estuvo siempre ligada la enseñanza en diversos aspectos y cargos que ejerció en su exitosa trayectoria como profesora en La Serena, Ovalle, Elqui, Punta Arenas, Temuco y Santiago. En el extranjero dictó charlas magistrales y cursó varias cátedras de métodos educativos en Europa y Estados Unidos, mientras en México, la maestra chilena estuvo a cargo de la creación del sistema escolar.
El número de profesoras creció significativamente a partir de la segunda mitad del siglo XX por medio del desarrollo de los Institutos Pedagógicos de la Universidad de Chile y de la Universidad Técnica del Estado, además de la Escuela de Educación de la Universidad de Concepción. En la actualidad, la cantidad de profesoras supera las 150 mil en todo el país. En tanto, en el Colegio de Profesores la presencia de las docentes es mayoritaria con cerca del 73% de los afiliados. El Directorio Nacional del magisterio cuenta con representación femenina a través de Eliana Rojas (Pro Secretaria), Magdalena Reyes (Primera Directora), Ligia Gallegos (Segunda Directora) y Bárbara Figueroa (Cuarta Directora).
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